Fuerza Bruta
La organización San Diego Minutemen, un grupo nativista particularmente virulento, se está haciendo de un nombre rufianesco en el Sur de California
OCEANSIDE, Calif. — El año pasado, durante Halloween, Jeff Schwilk convirtió el jardín del frente de su casa en "Casa La Migra", una representación bajo el nombre que se les da en español a las autoridades de inmigración de EE.UU. Para imitar la frontera de México-California, cercó su jardín con láminas de chapa corrugada, bordeadas de cable negro ondulado que simulaba ser el alambre de púas. Había espantapájaros montados a horcajadas sobre la cerca como saltando la frontera.
Vinieron miembros del grupo San Diego Minutemen, un grupo extremista y nativista fundado por Schwilk en 2005, vestidos con uniformes que imitaban a los que usa la Patrulla Fronteriza para saludar a los que recorrían las casas jugando al "trick-or-treat". Con un megáfono apodado el "Alien-ator" (o perseguidor de extranjeros, en español) gritaban: "Alto, la migra, la migra", un grito que se oía en todo el vecindario. En la cerca de chapa se leían las frases "La ACLU apesta" y "Enrique es Gay", un mensaje dirigido, sin dudas, a Enrique Morones, director de la organización humanitaria en defensa de los inmigrantes denominada Border Angels (ángeles fronterizos). "Descubrimos que nada asusta más a un extranjero ilegal (y a sus pequeños duendes) que una escenografía con una cerca que imita la frontera", se jactaba Schwilk en un mensaje enviado por correo electrónico posteriormente. "La mayoría de la gente (estadounidenses) pensó que nuestro tema fue muy divertido".
Sea Halloween o no, la organización San Diego Minutemen se divierte asustando a los inmigrantes a lo largo de todo el año. Los sábados por la mañana, cuando se dirigen a las gasolineras suburbanas donde los jornaleros inmigrantes buscan trabajo, crean escenografías que quedarían bien en un espectáculo denominado "Los nativistas se vuelven locos". Apodan a los inmigrantes "mojados" y "Julios". Usan aerosol paralizante para amenazar a los conductores que pasan y demuestran desacuerdo con lo que hacen. Apodan a los que emplean a los jornaleros "explotadores", y son famosos por colocar repentinamente luces amarillas intermitentes de policía sobre sus vehículos todo terreno y perseguir a los potenciales empleadores.
Cuando no están ocupados intimidando a los inmigrantes, salen al aire y por Internet para acusarlos, sin prueba alguna, de prostitución infantil y de practicar "rituales de santería vudú".
Para resumir, el grupo no sólo tiene como blanco a las políticas de inmigración con las que no está de acuerdo, sino que acosa y difama a hombres y mujeres.
Pero el grupo San Diego Minutemen (SDMM) no sólo tiene problemas con los inmigrantes. Hacia fines del invierno, la policía comenzó a investigar a miembros y partidarios del SDMM por una posible participación en un cruel ataque a una pequeña propiedad de la que los residentes de un campamento de inmigrantes local son dueños. Recientemente se denunció a otro miliciano por estar relacionado con un ataque a un grupo de inmigrantes y por falsificar un informe policial.
Además, el SDMM fue rechazado por los mismos grupos de los cuales tomó su nombre, el Minuteman Project (Proyecto miliciano) y el Minuteman Civil Defense Corps (Cuerpo miliciano de defensa civil, MCDC), porque incluso para estos grupos de línea dura, el SDMM es un poco demasiado. "No se atienen a nuestras reglas ni a nuestro procedimiento operativo estándar (SOP), por lo tanto no se los consideraría milicianos", expresó Carl Braun, líder del MCDC de California.
El grupo no se encuentra mucho mejor internamente. A principios de este año, dos directores del SDMM que habían estado involucrados sentimentalmente presentaron acciones legales uno contra el otro e intercambiaron insultos e incluso, dijo alguien, golpes físicos. Dos de sus voceros principales renunciaron. Uno de ellos posteriormente escribió un artículo en un periódico diciendo que Schwilk "tiene la habilidad de persuadir a las personas que, por naturaleza, son pacíficas, para que se vuelvan agresivas y vengativas, y cometan actos que normalmente ni siquiera considerarían".
El área de San Diego está familiarizada con el maltrato a los inmigrantes o incluso formas más extremas de nacionalismo: John Metzger, el hijo del líder de la asociación racista White Aryan Resistance que vive en la zona, hasta el día de hoy llama periódicamente a las estaciones de radio locales para recordar a los oyentes de la participación de su padre en una patrulla fronteriza denominada "Klan Border Patrol" en el año 1979. Pero esa iniciativa del Klan, y la mayoría de los ataques nativistas del pasado, empequeñecen si se comparan con el SDMM.
"He recorrido el estado a lo largo y a lo ancho", dice Claudia Smith, una activista que defiende a los inmigrantes desde hace mucho tiempo y que trabaja con la California Rural Legal Assistance Foundation (Fundación para la Asistencia Legal Rural de California). "Aquí hay cierta crudeza en cuanto al sentimiento antiinmigrante. Casi se puede saborear".
'Adelante, perra'
La escena se desarrolla un sábado de marzo por la mañana en Bonsall, Calif. Palmeras, colinas ondulantes, un McDonald's y una gasolinera Arco marcan el área donde un par de docenas de jornaleros esperan conseguir trabajo. Esto es muy común en los más o menos 40 sitios informales de trabajo a jornal distribuidos a lo largo del área metropolitana de San Diego. Pero en este día, ya llegó el circo del grupo San Diego Minutemen y un espectáculo secundario de observadores a favor de los inmigrantes. Las cámaras en mano favorecidas por ambos grupos ya están funcionando y los epítetos están listos.
Llega una pequeña camioneta negra. El conductor hace una señal y dos inmigrantes latinos rápidamente se suben a su cabina. Pero la camioneta no puede salir del lote antes de que un miliciano meta la parte superior del cuerpo por una ventanilla.
"Éste no es un centro de empleo legal. Haga lo que le conviene a su país", le advierte el miliciano al conductor, entregándole una lista de centros de empleo a jornal autorizados y un volante titulado "Detengamos al SPP", una referencia a un supuesto plan de gobierno secreto que apunta a destruir la soberanía estadounidense mediante la unión del país con Canadá y MÉxico para formar una federación al estilo de la Unión Europea.
Ese mismo día, en otro centro de empleo a jornal, hay un miliciano gritándoles a los inmigrantes. "Oigan, putas", grita el hombre, insultándolos antes de recordar que en el idioma español la desinencia de las palabras indica gÉnero, y luego comienza a llamarlos "putos". Esta palabra se traduce de mejor manera con el epíteto en inglÉs "f-----". Un conductor que se detuvo en la gasolinera Arco para llenar el tanque de combustible, se asoma por la ventanilla para regañar a Schwilk, el líder del SDMM. "Oye, Billy boy", comienza diciendo.
Furioso, Schwilk le exige al hombre que salga de su vehículo. Luego el jefe de la SDMM saca una lata de aerosol paralizante. "Adelante, perra", dice Schwilk. "Te estoy esperando". El hombre en cambio se va.
Parece ser que no se puede detener a un Jeff Schwilk enojado estos días. En otra ocasión, en el centro de empleo a jornal de Bonsall, el fundador del SDMM fue filmado colocando furioso una luz amarilla intermitente con imán sobre el techo de su vehículo todo terreno. Con la luz girando, salió corriendo, persiguiendo a alguien que acababa de emplear a un jornalero del lote. Pasó media hora antes de que Schwilk regresara a la gasolinera.
Un crimen en el Cañón
Se calcula que hay 270,000 inmigrantes indocumentados viviendo en el área metropolitana de San Diego y quizás otros 100,000 trabajadores indocumentados que cruzan la frontera desde MÉxico todos los años. Pero es probable que los milicianos del grupo San Diego Minutemen sean recordados por sus persistentes intentos de espantar a varios de cientos de inmigrantes que viven en una triste y pequeña villa de emergencia con viviendas hechas de lona plástica, un asentamiento de personas que no pueden vivir en ningún otro lado que no sea un cañón escabroso a 20 millas al norte de la ciudad.
El McGonigle Canyon está ubicado entre los barrios opulentos de Carmel Valley y Rancho Penasquitos. La mayor parte del cañón es de propiedad privada de varias compañías de construcción inmobiliaria y de intereses agrícolas. Durante dÉcadas, jornaleros de temporada provenientes de México construyeron en este lugar viviendas temporales, denominadas cartones, que se hacen de desechos de madera, lona alquitranada e incluso estacas de plantas de tomate y sofás desechados. Viven allí con el permiso de los propietarios privados. Hacia fines de la dÉcada de 1980, cuando había casi 10,000 inmigrantes acampando en el cañón, el área comenzó a conocerse como "la pequeña México". A lo largo de dos dÉcadas, el trabajador de salud Robert Baca dice que ha visto cómo ocasionalmente los campamentos han sufrido vandalismos por parte de adolescentes y cómo los inmigrantes son desalojados periódicamente debido a las crecientes construcciones inmobiliarias. Aparte de estos encuentros, dice Baca, los chequeos mÉdicos y las vacunas que se practicaban en su Clínica Móvil de North County eran algunas de las pocas interacciones que los inmigrantes de McGonigle tenían con gente de afuera.
Eso fue hasta que los milicianos del San Diego Minutemen comenzaron a presentarse en el cañón para filmar y acosar a los inmigrantes a lo largo de los dos últimos años. Luego las cosas comenzaron a empeorar seriamente.
El verano pasado, dice Baca, los miembros del SDMM iniciaron una contienda con los trabajadores de salud y los inmigrantes en la clínica móvil. "Vinieron y comenzar a gritarles a los trabajadores que usaban nuestros servicios. Formaron una fila para intimidarlos y evitar que se acerquen al camión", recordaba. "A la mayoría de los inmigrantes hay que convencerlos de que no se los va a maltratar o deportar por usar nuestros servicios".
Las cosas comenzaron a empeorar aún más. El otoño pasado, cientos de residentes locales se unieron a los milicianos, entre ellos algunos políticos del estado, para organizar una acampada con el fin de "recuperar el cañón". El evento fue organizado por Julie Adams, una residente local, y el conductor de la radio KFMB-AM, Rick Roberts, pero asistieron docenas de miembros del SDMM (tanto Adams como Roberts habían trabajado de cerca con el grupo). Roberts trajo cientos de camisetas a la acampada que decían "Soy un inmigrante ilegal": su plan era distribuirlas a los inmigrantes, la mayoría de los cuales no habla inglÉs, una idea que evidentemente le resultó muy divertida. Pero para cuando Adams, Roberts y los otros protestantes llegaron, la mayoría de los inmigrantes habían huido del cañón, alertados por advertencias de locutores de radios en español y otros partidarios de los jornaleros.
Éste fue el primer susto que se llevaron los inmigrantes de McGonigle Canyon.
Luego, el 27 de enero de este año, los hombres y mujeres que permanecían en la villa de emergencia de McGonigle regresaron luego de un día de trabajo para encontrarse con sus viviendas y escasas posesiones hechas trizas. A los pantalones les habían recortado los fondillos. A las camisas las habían cortado por la mitad. A las bolsas de dormir las habían cortado en tiras. Los techos de lona, que apenas los protegían de las lluvias del invierno, colgaban de los soportes hechos añicos. Roberto Peña, un inmigrante que vivía en el cañón, le dijo a la policía que regresó a su cabaña temprano esa tarde y que vio a un grupo de cuatro hombres y mujeres usando cuchillos para cortar los bienes de los inmigrantes mientras que una mujer alta y rubia los filmaba. Los hombres, le dijo a la policía, lo persiguieron con cuchillos. Peña se zambulló entre los arbustos. Permaneció allí, según la declaración de un policía, "viendo cómo el grupo destruía su propiedad cuando los oyó decir: 'F--- Mexicans'(A la mierda con los mexicanos)".
Dos meses despuÉs, a fines de marzo, la policía allanó los hogares de Schwilk y Adams, buscando un video u otro tipo de evidencia. Pero anteriormente habían comenzado a investigar a autoridades del SDMM, concentrándose primero en Christie Czajkowski, quien se había autoproclamado la "Mamá miliciana" del SDMM.
La camarógrafa y su amante
Christie Czajkowski, 1.83 m de estatura, cabellera rubia e impactante, era probablemente la única miembro del SDMM que lograba cumplir con su propósito usando una gorra de bÉisbol con la bandera estadounidense y lentejuelas. Y fue, hasta hace poco, la camarógrafa principal del grupo, una mujer conocida por meter su cámara de video en el medio de confrontaciones que involucraban a inmigrantes, milicianos, activistas defensores de los inmigrantes y la policía.
También es difícil que pase desapercibida, motivo por el cual muchos se sorprendieron cuando se convirtió en la única persona que los inmigrantes identificaron de una serie de fotos.
Czajkowski niega haber participado en el ataque del 27 de enero, aunque su hogar fue el primero en ser allanado por la policía buscando evidencias del caso (se confiscaron computadoras y otros artículos que podían contener imágenes).
Pero sí hace algunos comentarios.
"Ese día tuvimos una operación especial en el cañón a partir de las 8:30 a.m.", Czajkowski le confirmó a Intelligence Report en una entrevista. Pero insistió en que esa mañana ella estuvo en un acto antiinmigrantes en San Juan Capistrano, casi a 60 millas al noroeste, y, de hecho, el día siguiente apareció una fotografía de ella en dicho evento en el Orange County Register.
Czajkowski reconoce que esa tarde regresó al McGonigle Canyon. Dice que llegó justo a tiempo para ver a Schwilk y a otros saliendo del cañón. En ese momento, ella y Schwilk habían estado saliendo durante meses y hasta estaban considerando irse a vivir juntos. Desde entonces, se separaron en medio de acusaciones y recriminaciones amargas.
"Sé que desean saber lo que sucedió en el cañón y ojala pudiera decirles", declaró Czajkowski al Report. "Con lo enojada que estoy ahora, nada me gustaría más que decirles que Jeff es responsable… Pero no puedo decirlo porque no es lo que vi".
No obstante, dice haber oído algo.
Czajkowski dice que Schwilk le pidió que le dijera a la gente que no lo había visto en el cañón ese día. Ella dice que le respondió claramente a su ex amante: "Si alguien me pregunta si los vi allí, no puedo mentir".
El amor se dirige hacia el sur
Después de eso, la relación se desmoronó rápidamente. El fin de semana siguiente al ataque a McGonigle Canyon, Czajkowski asistió a una fiesta del Superbowl que se celebró en la casa de Schwilk, una celebración que terminó en sonidos estrepitosos de sirenas de policía.
Como siempre, ella filmó el incidente. Todo comenzó con una discusión acerca de quiÉn era el dueño de los tantos videos que Czajkowski había filmado y que Schwilk había publicado en el sitio web del grupo. En su video de la fiesta del Superbowl, Schwilk, con una lata de cerveza en la mano, da un golpe violento a la cámara, gritando: "¡Fuera de mi maldita casa, ahora!" Czajkowski y su cámara se retiran mientras Schwilk la empuja hacia la puerta de entrada. Allí se detiene la filmación. Hoy en día, Czajkowski dice que cuando cortó la filmación Schwilk la golpeó. Por su parte, Schwilk dice que Czajkowski había ingresado a su casa sin permiso y había estado filmando sin permiso. En la corte, solicitó una orden de restricción contra ella, pero un juez permitió que caducara semanas despuÉs. Mientras tanto, Czajkowski entabló un juicio de $700,000 dólares contra el líder del SDMM, basada en el supuesto abuso físico.
Desde entonces, la que una vez fue la "Mamá miliciana" fue despedida del grupo de milicianos. Rick Roberts, un nativista de la radio, la nombró traidora del movimiento. Toda la novela interna, junto con el ataque al McGonigle Canyon y una serie de otros incidentes desfavorables, han hecho que el SDMM sea más conocido por sus locuras que por sus intentos de salvar a Estados Unidos de los inmigrantes.
Schwilk dice que la culpable de su problema de imagen es Czajkowski. Al menos, eso es lo que le dijo a ella. En un mensaje de correo de voz que Czajkowski publicó en un sitio de Internet, se oye a Schwilk ordenándole que haga desaparecer la filmación del domingo del Superbowl. "Espero que no publiques el video", dice Schwilk, "porque si lo haces destruirás a los San Diego Minutemen, el grupo de milicianos más fuerte de la nación".
¿Misógino miliciano?
Christie Czajkowski no es la única mujer enojada con Jeff Schwilk. Muchas mujeres que nunca participaron en el SDMM lo acusan de ser un machista salvaje.
"Su conducta es realmente de misoginia", dice Claudia Smith, la activista y veterana de muchos encuentros con el SDMM. "Nunca eras simplemente su oponente. Eras una 'perra comunista'. Te llamaban 'hija de puta comunista'".
En sus acusaciones, Smith es respaldada por un aliado improbable: el nativista radical, ex integrante de milicia y quemador de banderas mexicanas, Russ Dove. Aunque Dove, un ex convicto, es uno de los nativistas de la línea más dura, ayudó a Czajkowski a preparar su juicio civil contra Schwilk. (En abril, Dove incluso publicó una defensa de Czajkowski en el foro neonazi de la National Vanguard por Internet.) Compara al líder del SDMM acusado de abuso con las acusaciones realizadas contra Chris Simcox, líder del Minuteman Civil Defense Corps (Cuerpo miliciano de defensa civil), por parte de una de sus ex esposas.
"Es una fuerza impulsora para mí", expresa Dove. "Estoy cansado de que justifiquen el abuso y el maltrato a las mujeres. Ya fue suficiente". Lo mismo dijo Joanne Yoon. Yoon, una estudiante universitaria coreana-estadounidense de 24 años quien ayudó a supervisar las campañas del SDMM para grupos a favor de los inmigrantes dirigida por la American Civil Liberties Union (Unión Americana de Libertades Civiles, ACLU), recientemente entabló un juicio por difamación de $1 millón de dólares contra Schwilk y el que una vez fue vocero del SDMM, llamado Ray Carney. Según el juicio de Yoon, los dos hombres hicieron circular fotografías de ella hacia fines de 2006, junto con comentarios que se referían a ella como "la coreana anorÉxica y puta de la ACLU". Fueron publicadas en un grupo que Schwilk tenía en Yahoo titulado "Korean Kommie Kunt" (Puta comunista coreana).
Bajo presión, Schwilk finalmente le cambió el nombre al grupo de Yahoo por "Joanne_Yoon_ACLU_Goon", argumentando que lo cambió "porque contenía una palabra políticamente incorrecta para la computadora, y por demanda popular". Eso no impidió que Ray Carney enviara un mensaje por correo electrónico a los miembros del SDMM sugiriendo que uno de los motivos por el que Yoon deseaba ayudar a defender a los inmigrantes era porque estaba interesada en "Brown Schlong".
La venta de la 'Cueva de la violación'
La misoginia del líder del SDMM complementa su propaganda sobre una vecina y sucia nación del Tercer Mundo, rebosante de mano de obra barata y tráfico de sexo. El fundamento del grupo para atacar a los inmigrantes cambia frecuentemente: de prevenir una invasión de extranjeros ilegales, a revertir un saqueo ecológico, a detener la mano de obra de esclavos. Pero lo que ha hecho más popular al SDMM es su aberrante declaración de que los inmigrantes de McGonigle tienen un centro de prostitución infantil en un lugar del cañón.
Lo llaman la "Cueva de la violación".
La única evidencia que el SDMM tiene de esto es una media hora de filmación temblorosa en video realizada por Czajkowski y el activista del SDMM, John Matthew Monti, en el McGonigle Canyon. (Monti fue acusado en abril de cuatro cargos por delitos menores de agresión y cuatro cargos por interferencia con los derechos civiles, además de un cargo por presentar un informe criminal falso. Los cargos se derivan de un incidente ocurrido el 18 de noviembre en un centro de trabajo a jornal en Rancho Penasquitos en el que Monti inicialmente le dijo a la policía que había sido atacado y asaltado por inmigrantes.) El video de la "Cueva de la violación" filmado en diciembre de 2006 es el video más visto y descargado de todos los videos del SDMM.
Pero lo que ese video prueba no está del todo claro. A pesar de su título altamente provocativo, no se ve ningún tipo de actividad sexual, ni mucho menos de prostitución infantil. Incluso la voz de Czajkowski durante la filmación ni una vez incluye la palabra "violación".
El video comienza con filmaciones diurnas de hombres inmigrantes caminando por el cañón. Se ven milicianos llamando a la policía para denunciar que están observando una transacción de prostitución. Llegan dos oficiales y miran alrededor, pero, como no encuentran nada, terminan advirtiendo a los miembros del SDMM que podrían ser arrestados por entrar sin autorización en propiedad ajena. En una sección final, el video muestra a milicianos caminando entre las malezas del cañón en luz baja, buscando el supuesto centro de prostitución.
No es fácil encontrarlo, aunque Czajkowski, que suena obsesionada, no deja de buscar. Al detectar un condón y un tampón en el suelo, se voltea emocionada a mirar a los inmigrantes que están cerca. "¿Tienen muchos penes aquí?", pregunta en un español deformado.
Y eso es todo. A medida que el video avanza hacia sus minutos culminantes, se pueden oír varios milicianos que expresan frustración por no encontrar evidencias de prostitución. En un punto, incluso Czajkowski suena triste. "Realmente, eso fue una gran pÉrdida de tiempo", expresa. "No encuentro lo que estamos buscando".
Increíblemente, hasta la fecha, el SDMM y sus simpatizantes hacen circular este video como prueba de un centro de prostitución infantil en los bosques McGonigle Canyon.
Dos perspectivas de McGonigle
John Carlos Frey, un cineasta de L.A., se pasó un año documentando las vidas de los residentes de McGonigle Canyon para la película que produjo en el año 2006: "The Invisible Mexicans of Deer Canyon" (Los mexicanos invisibles de Deer Canyon. Deer Canyon es un nombre más antiguo del lugar). Es un lugar, según lo sugiere la película, de verdadera adversidad, pero tambiÉn, a veces, de extraordinaria belleza.
Un inmigrante llamado Pedro dice que vive en el cañón para ahorrarse $700 dólares mensuales que le costaría un departamento de un ambiente en Escondido, a unas 20 millas de distancia. Otro le muestra a Frey cómo llena de piedras el suelo debajo de su cama para que no suban las pulgas, mientras que un tercero encuentra una serpiente de cascabel enroscada sobre su cama. Los trabajadores se muestran comiendo y cocinando, algunos con cocinas a gas y otros haciendo fogatas.
Oculta en una cueva en lo profundo del cañón, la película tambiÉn muestra una capilla construida para realizar las misas dirigidas por representantes de Nuestra Señora del Carmen, una iglesia católica de una ciudad cercana. Hay bancos de madera que forman un espiral desde un altar de adobe rosado revestido con lozas de color turquesa y cubierto con flores de seda y una estatua de la Virgen de Guadalupe, la patrona de México. Es un lugar muy bello y silencioso que, desde fines de la dÉcada de 1980, fue el lugar de reuniones para los que no tenían otra iglesia. (Hacia fines del año pasado, la estructura fue desmontada por la iglesia debido a una urbanización).
Pero para los hombres y mujeres del SDMM, este cañón ha sido un lugar desagradable del Tercer Mundo durante demasiado tiempo, una visión aterradora de lo que está sucediendo rápidamente en los Estados Unidos. Aunque algunos de ellos viven en algún lugar cerca de aquí, (con un precio medio de viviendas de $500,000 dólares, casi nadie puede darse el lujo de vivir en el vecindario) vienen para protestar y participar en lo que denominan "recon". Para ellos, eso significa recolectar y desechar "basura". Para los residentes del cañón, esa "basura" es propiedad personal que los miembros del SDMM les están robando y destruyendo en un intento por sacarlos de allí de una vez y por todas.
Para el SDMM, despuÉs de todo, Éste no es un lugar de luchas y trabajadores marginados, sino de prostitución infantil y "sacrificios de santería vudú".
El cargo de "vudú" se origina en un video del SDMM, ahora publicado en YouTube, que muestra a milicianos caminando alrededor de un montón de tierra y piedras lisas hecho por el hombre. Se los escucha sugiriendo que se trata de un altar de santería que probablemente contiene los restos de sacrificios de animales, quizás incluso de cuerpos humanos muertos. Pero Frey no tuvo que especular. Justo algunos meses antes, les había preguntado a los residentes del cañón acerca del montón de tierra.
Señalando los brotes verdes que salía del mismo, explicaron que era una tradicional maceta mexicana usada para germinar árboles jóvenes de limones.
Pero la verdad nunca distrajo a Jeff Schwilk.
"Este bellísimo cañón estadounidense finalmente recuperará su gloria original una vez que se sane de la devastadora pesadilla ambiental de entre 400 y 2000 inmigrantes que llenaron de basura el lugar durante dÉcadas", escribió Schwilk en un correo electrónico del SDMM hace poco tiempo. "Pronto quedará libre de toneladas de residuos desagradables, desechos humanos, prostitución infantil semanal, tráfico de drogas, otros delitos, familias y bebés que viven en condiciones insalubres e inseguras, consumo masivo de alcohol y el gran peligro de incendio que representan las fogatas ilegales. Y la recientemente descubierta práctica de santería en el cañón, la demoníaca religión vudú practicada en algunos lugares de LatinoamÉrica, junto con sacrificios de animales ilícitos".
¿Adónde se encuentra el SDMM?
Jeff Schwilk y sus seguidores permanecen bajo el escrutinio de la policía, son mantenidos a distancia prudente por los grupos Minuteman nacionales y están sujetos a críticas por ex voceros, entre los que se incluyen Ray Carney, quien acusa a Schwilk de "vestir un traje blanco limpio mientras que todos los demás se ensucian jugando en su lodo".
Pero los soldados de Schwilk continúan felices, convencidos de que la lucha contra los "subversivos extranjeros" está cambiando las cosas. Se jacta de lograr el cierre de un centro de trabajo a jornal en Oceanside y, lo que es menos creíble, de exponer al envidioso gobierno mexicano entrometiÉndose en las políticas de inmigración de los EE.UU. Uno de los "Éxitos" del SDMM es aparente. Si echamos un vistazo hoy en día veremos que es probable que Schwilk y sus aliados estÉn en camino a echar a los últimos inmigrantes de McGonigle Canyon. Los inmigrantes restantes, aterrados por las operaciones de vigilancia, ahora sólo construyen refugios pequeños y más fáciles de ocultar. En marzo, un reportero no encontró cobertizos más altos que la rodilla. Una cama estaba hecha de palos, lodo y piedras, un nido humano que no era más grande que una tabla de surf. En otro lugar, una radio, una lámpara, suÉteres, tarjetas telefónicas y una carta de amor escrita en español quedaron abandonados indicando que sus propietarios huyeron de prisa.
Mientras tanto, Schwilk comenzó a trabajar como el director de comunicaciones del capítulo local del American Independent Party (Partido Independiente Estadounidense, AIP), que se opuso a las leyes de derecho civil y funcionó como el vehículo electoral de la segregacionista campaña presidencial del gobernador de Alabama George Wallace en 1968.
El AIP, que actualmente está afiliado con el Partido Constitucional de extrema derecha, se ha unido a la batalla para finalizar la inmigración ilegal en los últimos meses. Pero mientras estos líderes de partidos de línea dura han respaldado con entusiasmo a Schwilk, la hija del fundador del partido les dijo a los reporteros que estaba "muy molesta" por su nombramiento. Dados los antecedentes legales y políticos de Schwilk, Nancy Spirkoff le dijo a North County Times, que vincular el nombre de AIP con el de Él es "un golpe para el partido".
¿Será que Jeff Schwilk está ganando su batalla? Eso queda abierto al debate. Pero una cosa es segura. A pesar de sus antecedentes, el SDMM logró avanzar un poco.
Eso fue especialmente obvio en noviembre pasado, cuando la estación KNBC-TV de Los ángeles transmitió una historia sobre McGonigle Canyon. Usando secuencias de video "encubiertas" filmadas por la estación y claramente inspiradas por las acusaciones relacionadas con la "Cueva de la violación", la reportera Ana Garcia desarrolló una historia de dos partes que tenía como fin mostrar cómo el cañón se había convertido en un centro de "alcoholismo, tráfico de drogas y prostitución". Dejando de lado las secuencias de video del cañón, la serie se enfocó en entrevistas con Julie Adams, la mujer que dirigió la iniciativa del otoño pasado por "recuperar" el cañón (esto no se mencionó en la pieza de Garcia) y Brook Young. Young es un asociado del SDMM cuyo sitio web incluye vínculos a una serie de grupos de repulsión y cuenta con videos con títulos festivos, como por ejemplo, "Los comunistas son derrotados".
"Se bebe mucha cerveza y hay muchas borracheras, así como también tráfico de drogas y prostitución", dice Garcia en su entrecortada voz. "Las mujeres son llevadas a los poblados en grupos, los burdeles se preparan entre los arbustos".
Sólo hubo un problema. Ninguna de las secuencias de video de la KNBC mostró nada parecido a una prostitución, mucho menos tráfico de drogas ni gente bebiendo. Lauren Mack, vocero de la oficina federal de inmigraciones en San Diego, les había dicho a los reporteros anteriormente que los oficiales no habían podido probar ninguna de las quejas de tráfico sexual en el cañón. El capitán de la Policía de San Diego, Boyd Long, quien trabajó con los oficiales federales para realizar una supervisión encubierta del cañón, dijo exactamente lo mismo. Pero nada de eso pareció molestar a la KNBC, que publicó su pieza durante la semana del sondeo.
En su primera pieza, Garcia en un punto hizo un corte para preguntarle al Capitán Long acerca del tráfico sexual: "¿Y quÉ opina de la prostitución que tenemos filmada?"
"No tengo conocimientos de que haya prostitutas en el lugar", respondió el capitán de policía. "Me gustaría ver cualquier tipo de evidencia o secuencia de video que tenga".