En la industria alimentaria las mujeres inmigrantes en los Estados Unidos con frecuencia son el blanco de robo de salarios, acoso sexual y otros abusos, encuentra SPLC en un reporte nuevo
Mujeres inmigrantes indocumentadas en la industria alimenticia en los Estados Unidos rutinariamente soportan acoso sexual, robos en sus salarios y otros abusos mientras proveen un agotador trabajo que produce la comida que millones de Americanos comen todos los días, esto de acuerdo a un reporte publicado hoy por el Southern Poverty Law Center (SPLC).
Mujeres inmigrantes indocumentadas en la industria alimenticia en los Estados Unidos rutinariamente soportan acoso sexual, robos en sus salarios y otros abusos mientras proveen un agotador trabajo que produce la comida que millones de Americanos comen todos los días, esto de acuerdo a un reporte publicado hoy por el Southern Poverty Law Center (SPLC).
El reporte — Alimentándonos a Base de Injusticias: Mujeres Inmigrantes en la Industria Alimenticia en los Estados Unidos — documenta las experiencias en el lugar de empleo de mujeres indocumentadas quienes vienen a los Estados Unidos a escapar de devastadora pobreza. El Reporte describe como las leyes que existen para protegerlas de la explotación son extremadamente inadecuadas y como ellas típicamente son impotentes para protegerse.
El reporte puede ser leído en www.splcenter.org. Su publicación coincide con el documental del 50° aniversario de Edward R. Murrow “Harvest of Shame,” el cuál es una crónica de la situación apremiante de los trabajadores agrícolas migrantes. CBS transmitió el documental en el Día de Gracias en 1960.
“Estas mujeres son la columna vertebral de la industria alimenticia, pero ellas son explotadas y abusadas de manera que la mayoría de nosotros no puede imaginarse y que ninguno de nosotros debería de tolerar.” Dijo la Directora Legal de SPLC Mary Bauer, co-autora del reporte. “El miedo mantiene a estas mujeres en silencio, y a consecuencia su sufrimiento es invisible a los millones de Americanos quienes benefician de su trabajo cada ves que ellos se sientan a la mesa.”
El reporte esta basado en extensas entrevistas con 150 mujeres inmigrantes de México, Guatemala, y otros países de Latino America. Ellas viven y trabajan en estados por todo el país. Todas ellas han trabajado en los campos o fábricas que producen comida para America.
Muchas de las mujeres que fueron entrevistadas para el reporte dijeron que la amenaza de deportación y la posible destrucción de sus familias las mantiene sin reportar los abusos en el trabajo, hasta cuando significa el soportar acoso sexual y otras humillaciones.
“Es por miedo que nosotras tenemos que tolerar más,” dijo una trabajadora agrícola de 26 años de edad en Florida, quien fue entrevistada para el reporte. “Algunas veces ellos(as) toman ventaja de nosotras porque no tenemos papeles. Ellos(as) nos maltratan, y ¿que podemos hacer? ¿A dónde podemos ir?”
Muchos trabajadores describen como han guardado un registro de sus salarios ganados sólo para descubrir una cantidad mucho más pequeña en sus cheques de pago o para encontrar que no hay ningún pago para ellas. Estas trabajadoras dicen con frecuencia haberse quedado en silencio acerca del robo de salarios por temor de ser despedidas.
Acoso sexual y hasta brutales violaciones sexuales efectuados por compañeros de trabajo y supervisores también eran una constante amenaza para muchas de estas mujeres. Algunas veían esto como un peligro que sencillamente debía ser tolerado para recibir un día de pago. Muchas mujeres están renuentes a reportar a la policía este acoso sexual y otros crímenes por el temor de ser deportadas.
Las mujeres también reportaron condiciones peligrosas de trabajo sin protecciones de seguridad adecuadas. Trabajadoras en los campos reportaron estar expuestas a químicos y pesticidas. Los trabajadores agrícolas continúan siendo los trabajadores con menos protecciones en America. Ellos específicamente fueron excluidos por casi todas las mayores leyes federales de trabajo durante la era de “New Deal”. A pesar de que desde entonces algunas leyes han sido enmendadas, muchas excepciones continúan. Los trabajadores agrícolas, por ejemplo, en muchos estados no están cubiertos por leyes de compensación al trabajador. Ellos no tienen derecho a horas extras bajo la ley federal. En granjas más pequeñas y en temporadas cortas de cosecha, ellos ni siquiera tienen derecho al sueldo mínimo federal. Además, ellos están excluidos de muchas leyes estatales de salud y seguridad.
El reporte concluye diciendo que las reformas a nivel federal son necesarias para proteger a estas trabajadoras. Estas reformas deben incluir un camino a la ciudadanía para los trabajadores indocumentados quienes están alimentando a la nación con su trabajo. Estas reformas deben también incluir protecciones más completas para trabajadores — para todos los trabajadores, ya sea que trabajen en los campos o en las fábricas no importando si tienen un estatus legal o no.
“Para estas mujeres, la explotación en el lugar de trabajo es una regla — no una excepción.” dijo Mónica Ramírez, co-autora del reporte y directora de Esperanza: La Iniciativa Legal para Mujeres Inmigrantes del SPLC. “Prácticamente todo Americano depende de su trabajo. Es nuestra responsabilidad el parar este abuso.”